Hacia un FROB social ¿Ha llegado el momento de las fusiones en las fundaciones?

   
 

Ya hace más de un año, en el primer post de este blog abogaba por la fusiones entre las fundaciones como una alternativa para adaptarse al nuevo entorno. De ello hace ya más de 18 meses. En aquel momento creo que nadie era consciente de que llegaríamos dónde hemos acabado hoy y si aquellas fusiones previstas en dicho artículo se han producido, por lo que parece oportuno darle un repaso a la situación.

Una mera ojeada al entorno en nuestro país nos ofrece 4 casos recientes de fusiones:

  1. La fusión en el año 2010 de la Fundación Ortega y Gasset y de la Fundación Gregorio Marañón, en la actual Fundación, ambas centradas en el desarrollo de las figuras respectivas y con un cierto grado de complementariedad en cuanto al tipo de actividades y procesos internos.
  2. La más reciente, difícil de comprender y aún inexplicada fusión entre Acción contra el Hambre y la Fundación Luis Vives, una ONG de cooperación con un presupuesto de 45m€ en 2010, públicos en un 90%, y la Fundación Luis Vives, una fundación de acción social fruto de la agregación de diversas fundaciones liquidadas en los años 80, y con un presupuesto de 2M€ en 2012, pero con un capital fundacional de 25M€, del que carece Acción contra el Hambre que sólo tiene1,9M€. Las explicaciones internas que me han llegado de esta fusión siguen siendo confusas: algunos miembros del patronato lo eran en las 2 fundaciones y la voluntad de Accion contra el Hambre de dar servicios en España. Algún día habrá que entrar al detalle sobres este tema.
  3. El Grupo Amás, que integra a 2 fundaciones y 2 asociaciones en el ámbito de la discapacidad en el Sur de Madrid, y con cuyos Patronatos y Juntas Directivas tuve oportunidad de compartir la semana pasada unas horas de reflexiones sobre qué supone una fusión en términos de gobierno interno.
  4. Quizá el más consolidado es la cooperativa de servicios sociales Suara con más de 1.600 empleados, fruto de la fusión de varias cooperativas hace ya unos años.

Estas escasas fusiones responden a situaciones claramente diferentes, aunque parten de la necesidad de crecer, pero también en algunos casos de sobrevivir en el actual entorno.

Las fusiones y la dimensión no lo son todo, y el caso Bankia es una buena muestra de ello, pero por otra parte hay que hacer frente a unos cambios en el tercer sector a los que sólo se han dado hasta el momento respuestas tácticas y a corto plazo. Los ERES y la eliminación de algunos servicios siguen siendo las respuestas actuales en el sector (el último el de Ayuda en Acción con el 25% de la plantilla), quizá ante la falta de una visión y un panorama a medio plazo más claro.

Un FROB Social, orientado a reordenar el sector quizá ayudaría en este proceso. En Gran Bretaña el Gobierno de Cameron lo ha visto así y ha impulsado un plan de reestructuración del  sector a través del Transition Fund con un presupuesto de 100M de libras.

Sin duda, hay que afrontar lo que algunos expertos han denominado la burbuja social de los últimos años, este exceso de organizaciones financiadas con recursos públicos: no creo que a 3 años sigan existiendo muchas de las actuales fundaciones en ámbitos como la cooperación, la investigación, cultura o acción social.

¿Quizá deberíamos empezar a dibujar un nuevo modelo en el tercer sector con menos organizaciones prestadoras de servicios, junto con muchas organizaciones pequeñas, locales, pero con una gestión voluntaria 100%? ¿Sería esto la Big Society que promueven ayuntamientos como el de Barcelona o Madrid?¿Se debe reestructurar solo el tercer sector y las fundaciones?¿Alguien está pensando en como nos gustaría que fuera el tercer sector en 2015?¿Hay alguien ahí?

¿Va por ahí el proyecto de ley sobre el tercer sector que prepara el Gobierno central?

Añadido el lunes 4 de Junio

Quizá por ser día laborable, las reflexiones recogidas ayer, en su parte final, me parecen propias de un optimismo de fin de semana. No creo que en el sector público, ni quizá en la política, haya ahora mismo suficiente capacidad y recursos para realizar esta reordenación del tercer sector. Son otras las prioridades.

Por tanto, si se realiza una reordenación del tercer sector será sólo por su propia iniciativa, que por otra parte es a quién corresponde. Veremos si se realiza de manera ordenada o caótica, bajo el modelo de sálvase quién pueda, pero esta ya es otra cuestión.

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