Sostenibilidad y estrategias de las fundaciones en tiempos de recesión

   
 

Según el plan trazado en el post anterior, hoy tocaría profundizar en el futuro de las Obras Sociales en España o del futuro de la Fundación Ortega. La realidad es muy terca y el futuro de las propias Cajas, no sólo de sus obras sociales, está en el alero, sin que se defina un futuro claro más allá de la bancarización (palabro terrible).

Por ello, aprovecho para dedicar este post a la sostenibilidad de las fundaciones y sus estrategias ante la recesión, artículo publicado en la Revista de la Asociación Española de Fundaciones del mes de Diciembre pasado, por tanto, aún de actualidad a pesar de que las cosas cambian día a día.

Ahí va.

“La actual crisis económica tiene un impacto muy importante sobre el sector de fundaciones, que se ven afectados por diferentes factores en la cuenta de ingresos: la reducción de los presupuestos públicos ya iniciada en 2010, pero que será mucho más intensa en 2011 y 2012 como mínimo, la reducción de los ingresos patrimoniales de las escasas fundaciones que los tienen, la importante reducción de los presupuestos de las obras sociales en 2011, las dificultades en mantener la colaboración de las empresas y la caída de los ingresos procedentes de la actividad de mercado o venta de servicios, dibujan un horizonte complejo que hay que atajar a corto plazo, pero con una estrategia de sostenibilidad a medio plazo que impone tomar medidas estructurales.

En este artículo repasaremos las posibles estrategias del sector fundacional en este nuevo entorno económico: sin duda, no cabe generalizar sobre el sector de fundaciones dada la diversidad de sectores en los que actúa y las grandes diferencias en cuanto a dimensión. Pero por primera vez en la historia reciente de las fundaciones españolas se habla ya de un proceso de reconversión necesario, en el que muchas fundaciones pueden a desaparecer.

Aquellas fundaciones, sea cual sea su sector de actividad, con una alta financiación pública mediante subvenciones van a verse seriamente afectadas, mientras que aquellas que actúan con conciertos del sector público sus dificultades van a ser menores ya que al prestar servicios basados en derechos públicos, éstos se van a mantener aunque con recortes o congelación en los precios.

Otro aspecto a considerar es el de la dimensión de las fundaciones y como se verán afectadas de manera diferente en este entrono de recesión: hay un cierto consenso, en que las fundaciones grandes van a sufrir pero disponen de medios para ajustar sus organizaciones al nuevo entorno, mientras que las fundaciones pequeñas serían las que aparentemente mejor están soportando el impacto de la crisis, dado que sus costes de estructura son inferiores y son más flexibles al ajuste de costes. Por tanto, es el grupo de fundaciones medianas, especialmente aquellas que han tenido un crecimiento rápido los últimos años, lo que se van a ver más afectadas por el entorno actual.

Es escasa en España la literatura entorno a la adaptación del tercer sector y de las fundaciones al nuevo entorno , que contrasta con la abundante literatura que se ha producido en el mundo anglosajón, en el que expertos y plataformas diversas han hecho un esfuerzo importante para orientar a las fundaciones en el nuevo entorno.

Más allá de las soluciones tácticas para afrontar la situación de crisis que se reducen a una mayor eficiencia, a la reducción de salarios o a la reducción de servicios con la consecuente impacto en los recursos humanos de las fundaciones, en este artículo vamos a centrarnos no tanto en las tácticas como en las estrategias que puedan hacer sostenible la fundación a medio plazo.

Sin embargo hay dos cuestiones críticas en la táctica a corto plazo a las que necesariamente hay que hacer mención:

  1. El acceso al crédito bien sea para inversión o tesorería en el sector de fundaciones sigue siendo, como para el conjunto de la economía, el reto más importante, especialmente para aquellas fundaciones con una alta dependencia de recursos públicos. La solución a este problema no puede ser sólo individual, se requiere una acción concertada de todo el sector de fundaciones y buscar nuevas alternativas propias.
  2. La diversificación de ingresos y la captación de fondos privados aparece nuevamente como una necesidad no resuelta en tiempos de bonanza que tiene una solución difícil en la situación actual, no tanto por la ausencia de donantes, especialmente individuales, como por la falta de cultura interna y la necesidad de inversión que requiere. Las soluciones en este sentido estarán más en focalizar la captación de fondos en el ámbito local con campañas conjuntas de captación entre todas las organizaciones, o en el desarrollo de modelos de fundaciones comunitarias. Para ello sería muy conveniente haber avanzado antes en demostrar el valor añadido de la fundación para la sociedad, aspecto en el que tampoco se han hecho los deberes cuando tocaba.

Las medidas sobre como afrontar la crisis que aquí se recogen quieren dar una primera aproximación a las estrategias de desarrollo, muchas de las cuales están ya en marcha por las fundaciones, otras cuya solución quizá está fuera del sector por en el que las fundaciones pueden y deben promover para que existan.

De una cultura de crecimiento en las fundaciones a una cultura de sostenibilidad: un cambio de mentalidad necesario

La mayoría de las fundaciones vienen de un largo período de crecimiento constante en los últimos 15 años, que ha generado una cultura de organización orientada al desarrollo y crecimiento de su actividad, a veces con criterios de diversificación no siempre congruentes. Los nuevos tiempos imponen una reflexión y un cambio de cultura interna orientada a la sostenibilidad de las fundaciones bajo criterios de revisar su misión, y alinear su actividad nuevamente en aquello que son diferenciales y en que pueden ofrecer un valor añadido real.

El papel de los patronatos en este proceso va a ser crítico ya que estamos ante un cambio estructural en la fundación que va a requerir la toma de decisiones estratégicas en las que el equipo directivo tenga el apoyo necesario para implantarlas. Estas decisiones estratégicas deben obedecer a opciones claras que tengan el cuenta la sostenibilidad de la fundación a medio plazo junto con criterios a corto plazo como son el mantenimiento de ingresos para las actividades consideradas esenciales. En definitiva volver a los orígenes, prescindiendo de manera ordenada de aquellas actividades de la fundación que no le son nucleares ni le aportan valor.

La colaboración entre las fundaciones y otros agentes de la sociedad civil y las fusiones entre fundaciones

En los últimos años ya habido una cierta tendencia a la colaboración entre fundaciones por ejemplo del sector cultural compartiendo recursos y exposiciones como medio de garantizar un mejor aprovechamiento de los recursos, sin embargo, la colaboración en el sector fundacional brilla por su ausencia.

En el entorno actual y de los próximos años la colaboración va a dejar de ser una opción por convertirse en una necesidad: colaborar va a ser una manera de compartir costes y mantener impacto, bien sea mediante las alianzas estratégicas entre fundaciones cuya actividad de complementa, bien sea a través de compartir recursos, personas y servicios. En este nuevo escenario también se va a tener que replantear la propia función de las organizaciones de segundo nivel, como plataformas de ONG y otras estructuras intermedias, que tendrán que redefinir su cartera de servicios con la finalidad de generar más economías de escala a sus fundaciones asociadas.

Más allá de la conocida responsabilidad social corporativa, las fundaciones también tendrán que enfocar su estrategia de futuro en la colaboración con el sector empresarial con estrategias que van más allá de la financiación pasiva. Veremos alianzas estratégicas entre fundaciones y empresas a partir de la necesidad y capacidad de generar valor añadido entre ambas partes, bien sea compartiendo mercado, servicios o conocimiento.

Uno de los mitos más asentados sobre el sector fundacional es que hay muchas fundaciones y que muchas deben desaparecer. Las fusiones entre fundaciones aparecen como una alternativa recurrente, del que en España tenemos un ejemplo reciente en la fusión de la Fundación ortega y Gasset y la Fundación Gregorio Marañón. Las fusiones entre fundaciones han sido una realidad en los años de bonanza entre organizaciones con un alto grado de complementariedad o entre aquellas cuya actividad era redundante. Estos han sido los casos de fusiones de fundaciones para sin techo o en investigación para el cáncer en Gran Bretaña durante 2004-2007.

Sin embargo, las fusiones que se están produciendo hoy dia en el sector fundacional obedecen más a mecanismos de absorción en la que una de las fundaciones con problemas de supervivencia llega a un acuerdo con otra del mismo sector. Las fusiones son mucho más complejas de gestionar de lo que parece, ofrecen importantes dificultades legales y de resistencia interna del los equipos directivos y no siempre tienen como resultado una reducción de costes , pero van a ser la última alternativa a la liquidación para muchas fundaciones. Sería un error plantearse los modelos de fusión sólo al final y después de agotar todas las posibilidades: la fundación que se encuentre en esta tesitura necesita mantener energías y capacidades suficientes para afrontar el proceso de fusión. Estas fusiones va a ser probables en fundaciones del sector cultural, de cooperación internacional, investigación y sociales.

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